lunes, 5 de diciembre de 2016

EL CERRO DEL MORO

El Cerro del Moro, lugar enigmático de belleza natural y leyendas.


En el Municipio de Colón, a 6 km. al suroeste de la cabecera, se localiza el Cerro del Moro,  imponente con sus 2,600 msnm[1], rodeado de un conjunto de mesetas y una vasta llanura, desde su cima se observa en todas direcciones, dando cuenta de los paisajes del semidesierto queretano y de las poblaciones cercanas: La Zorra, Peña Colorada, Puerta de en Medio, Puerto del Mezote, La Pila, comunidades que se originaron por las cuadrillas encargadas de cuidar el ganado vacuno y caballar que evocan los “tiempos del patrón”[2] y de las construcciones majestuosas que perviven al paso de los siglos.
Además marca los límites de las haciendas de Nuestra Señora de la Concepción del Zamorano[3] , en 1687 era propiedad del Capitán Juan Martínez de Lejarza, quien destinaba los terrenos al pastoreo. De la hacienda de Ajuchitlán propiedad del Cápitan Pedro de Solchoaga, de vocación agrícola por la producción de trigo. Y de la hacienda de El Lobo propiedad, en 1860, de Don Amado de la Mota, indio otomí de Tolimanejo[4] (hoy Colón). 

El “Cerro del Moro”, es un sitio enigmático, referente de la religiosidad popular por la devoción a la Santa Cruz del Moro y lugar de paisajes naturales con formaciones caprichosas y parajes de arboledas y manantiales.

De sus leyendas…

Las leyendas que hacen referencia al Cerro del Moro versan sobre el origen de su nombre, las batallas acontecidas en diferentes épocas, los tesoros ocultos y relacionados con los espantos de las ánimas; y la desaparición de varias formaciones rocosas situadas en la cima de dicho cerro.


Las anécdotas sobre los tesoros ocultos en cuevas  por los salteadores de caminos que aprovechaban este fortín natural para robar los pueblos y haciendas cercanas, en época de la guerra de independencia,  revolución y la cristiada; son relatos que  han pasado de generación en generación, uno de ellos hace mención al cargamento de oro de Don Amado de la Mota, dueño de la hacienda de El Lobo y que fue escondido en este cerro.

Explorando el cerro se puede distinguir un acantilado que servía como barrera natural a los ahí guarnecidos y les permitía controlar el paso de los arrieros y el acercamiento de las fuerzas enemigas.
A la par surge el misterio por los relatos narrados de la gente dedicada a las actividades del campo, sobre las constantes apariciones de ánimas sobre los caminos y el cerro mismo y el escuchar del tañir de una campana.
Del misterio de la desaparición de tres formaciones rocosas, a manera de columnas, con una altitud de ocho metros que se podían observar desde varios puntos, como el tramo de la carretera conocido como la “cuesta china”,   y que desde hace años fueron removidas con un destino desconocido. Incluso el avistamiento de objetos no identificados a manera de luces extrañas que se divisan en la cima.
Sobre el origen del nombre de “Cerro del Moro”, los relatos hacen referencia a un grupo de desertores en época de la colonia, que se asentaron en las inmediaciones del cerro, y desde este punto se dedicaban a robar las carretas del camino real, siendo estos los llamados “moros”  por el aspecto de sus vestimentas y armas.
En este espacio retomo la recopilación de Antonio Prado Moreno, que hace referencia a la Gruta de Lourdes o la Virgen de la Pila, en este contexto de leyenda y religiosidad popular.
De “La Gruta de Lourdes”…
En el año de 1993, visite a Don Jesús Camacho Ramos, realizando trabajos de rescate de tradición oral, que fundamentaran la apertura del Museo Comunitario de Colón, inaugurado el 28 de Marzo de 1994.
Don Jesús Camacho vivía en la calle Francisco I. Madero, en la línea divisoria de Soriano y Colón, frente a la calle de los Baños del Agua Caliente, identificado como el mejor artesano de lana de este Municipio.
Recuerdo que Don Jesús me comentó que en su infancia vivió en el Cerro del Moro, donde pastoreaba gran cantidad de ganado vacuno propiedad de su padre y abuelo, que tenían permiso desde los tiempos del hacendado. Don Jesús, cuando lo entreviste ya era una persona de más de 70 años, según su apariencia. Pero muere al poco tiempo ya que sufría de invalidez.
En su narración don Jesús decía que su padre era Don Antonio Camacho y su abuelo tenía el mismo nombre de su padre.
Recuerda que en cierta ocasión se encontraba descansando con su abuelo en la Gruta de Lourdes, en el Cerro del Moro y le pregunto a su abuelo que desde cuándo se había colocado la imagen en ese lugar.
Su abuelo le contesta: “yo fui cochero del carruaje de Don Amado de la Mota, dueño de la Hacienda de El Lobo, aquí hay mucha historia desde tiempos de la Independencia con los moros hasta el tiempo de la guerra cristera y te contaré sobre un hecho que me tocó presenciar y que da respuesta a tu pregunta:
En aquel entonces Don Amado era compadre de Don Tomás Mejía a quien los otomíes lo querían mucho y le llamaban “tata Tomasito”, cuando fue el sitio de Querétaro le llegaron noticias al General Mejía, que se encontraba en Bucareli en el Municipio de Pinal de Amoles, que al emperador Maximiliano y al General Miramón los tenían sitiados en Querétaro, se viene con su ejército de indios y se les une su compadre Don Amado de la Mota y se enfrentan a los liberales del Presidente Benito Juárez en las propiedades de Don Amado.
Recuerda El Abuelo de Don Jesús, que para acortar la distancia en la batalla el General Mejía se abrió paso con su espada en lucha cuerpo a cuerpo, entre las filas enemigas causando muchas bajas, se le observaba todo ensangrentado pero no con su sangre si no con la de los caídos a su paso, ya que se sabía su destreza como espadachín.
Continúa don Antonio diciendo: que a esta batalla se le identifico como la batalla de las calaveras por la cantidad de muertos de ambos ejércitos.
De igual forma le menciono Don Antonio que no fueron recogidos los cadáveres de los combatientes que fueron presas de los cuervos, coyotes y las inclemencias del tiempo y que debido a  lo transitado del camino comenzaron a correr las historias de espantos y temor y la gente ya no quería transitar por el Camino Real.
Por este motivo, el párroco Francisco Muñoz organizo brigadas de voluntarios para recolectar todas las osamentas esparcidas en el cerro del Moro y llevarlas a la cueva, ahí los sepulto y coloco encima del lugar la imagen de la virgen de Lourdes y celebró una misa para bendecir el lugar y la imagen, iniciándose una peregrinación del pueblo de Colón a la gruta de Lourdes. Así año con año el día 11 de febrero se celebra la misa, conviven las familias en una comida campestre, además de presenciar danzas, oír melodías de la música de viento o presenciar el jaripeo en los corrales de piedras hechos para la ocasión al fondo de la barranca así como también escalar y admirar la belleza del lugar, contar las historias y leyendas de los tesoros del Moro y si toca suerte admirar la caída de agua de la hermosa cascada de aproximadamente cincuenta metros de la gruta de Lourdes,  por las lluvias que dejan las cabañuelas en el mes de enero. (Autor Antonio Prado Moreno, miembro del Museo Comunitario de Colón)
El acontecimiento histórico…
En 1806 el administrador de la Hacienda de Ajuchitlán, Pedro Sierra, reprime a los indígenas de Tolimán y Tolimanejo (hoy Colón) y muchos huyen al Cerro del Moro para escapar de las injusticias y maltratos. Posteriormente, el 30 de septiembre de 1811, en plena lucha de Independencia, el Capitán Ildefonso de la Torre y Antonio Soto se apoderan del Cerro del Moro, donde vivían muchas familias de insurgentes, que habían huido de los lugares circunvecinos para evitar las molestias que los realistas les causaban. Los  atacan derrotando a tres mil insurgentes, matando a 500 y les quitan tres cañones, ellos tienen solo un muerto, 42 heridos, entre ellos el mismo Capitán de la Torre.[5]
De la religiosidad popular…
Destaca la festividad de la Santa Cruz del Moro, que anualmente se festeja el 30 de agosto,  una semana antes de la fecha, la comunidad se organiza para “bajar” la cruz de la capilla,  ubicada a escasos metros de la cima del cerro y construida de manera rústica, de pequeñas dimensiones; al bajar la cruz, se realiza la velación en la capilla de la comunidad de la Zorra, entre canticos, oraciones, música de viento, muestras de agradecimiento con flores y oraciones por el favor recibido y peticiones de ayuda por la salud, el buen temporal, la comunidad, la familia.
El  día 30, llegan los peregrinos, a pie o a caballo, que vienes de las comunidades cercanas, los organizadores llevan la cruz a su encuentro entre flores, velas y ofrendas. La cruz es de madera de roble labrada a golpe de machete y sin pulir.
1928, Debido a la prohibición de actos religiosos durante el Movimiento Crsitero se genera un mito divino de culto, que dice: “al llegar a la cima del Cerro del Moro, cuando le iban a disparar al padre Reyes Morales se ocultó tras un palo en forma de cruz, desapareciendo sus persecutores, tras el hecho a la cruz se le rinde culto”.

La versión de los habitantes de la comunidad refieren de las narraciones de los abuelos: “que tras la prohibición del culto los pobladores de la región acudían de manera clandestina al Cerro del Moro donde se celebraban las misas, bautizos, primeras comuniones… así fue como la Sra. Gregoria Sánchez Hernández contrajo matrimonio en la cima del cerro, sin embargo era menester tener la imagen de Dios como testigo, por lo que el padre Reyes Morales solicitó a Pedro Sánchez hacer una cruz con unos maderos para colocarla frente a lo que sería utilizado como altar, ésta se bendijo y quedó como símbolo de la comunidad y ahora se le conoce como la Santa Cruz del Moro, en cuyo honor se celebra una de las principales fiestas de la región”. (Información recabada durante la Asamblea celebrada el 13 de junio de 2013,  con motivo de la inclusión de la comunidad de la Zorra a Catálogo de Localidades de la Ley de Derechos y Cultura de los Pueblos y Comunidades Indígenas del Estado de Querétaro)




[1] CEDEM. Actualización Enciclopedia del Municipio de Colón, 2014.
[2] OLVERA ESTRADA, Martha Otilia. Los Tiempos del Patrón… Danza de mil Soles. Los últimos trabajadores de la Hacienda en Querétaro. Talleres Gráficos del Gobierno del Estado, 1997.
[3] Cfr. CONACULTA – INAH – Gobierno de Querétaro. Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles (versión CD). Semidesierto y Sierra Gorda – Colón – México, Octubre, 2003.
[4] Simón Miller. Formación de clase y transición agraria en México: de la Hacienda al rancho en el Bajío, 1840-1985.

[5] Cf. Lucas Alamán, Historia de México, Vol. 1 y 2, Imprenta de V. Agüeros y Comp. Editores, 1883.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares