viernes, 19 de julio de 2013

MEMORIA HISTÓRICA
 “La Gruta de Lourdes”
Batalla de las Calaveras
En el año de 1993, visite a Don Jesús Camacho Ramos, realizando trabajos de rescate de tradición oral, que fundamentaran la apertura del Museo Comunitario de Colón, inaugurado el 28 de Marzo de 1994.
Don Jesús Camacho vivía en la calle Francisco I. Madero, en la línea divisoria de Soriano y Colón, frente a la calle de los Baños del Agua Caliente, identificado como el mejor artesano de lana de este Municipio.
Recuerdo que Don Jesús me comentó que en su infancia vivió en el Cerro del Moro, donde pastoreaba gran cantidad de ganado vacuno propiedad de su padre y abuelo, que tenían permiso desde los tiempos del hacendado.
Don Jesús, cuando lo entreviste ya era una persona de más de 70 años, según su apariencia. Pero muere al poco tiempo ya que sufría de invalidez.
En su narración don Jesús decía que su padre era Don Antonio Camacho y su abuelo tenía el mismo nombre de su padre.
Recuerda que en cierta ocasión se encontraba descansando con su abuelo en la Gruta de Lourdes, en el Cerro del Moro y le pregunto a su abuelo que desde cuándo se había colocado la imagen en ese lugar.
Su abuelo le contesta: yo fui cochero del carruaje de Don Amado de la Mota, dueño de la Hacienda de El Lobo, aquí hay mucha historia desde tiempos de la Independencia con los moros hasta el tiempo de la guerra cristera y te contaré sobre un hecho que me tocó presenciar y que da respuesta a tu pregunta.
En aquel entonces Don Amado era compadre de Don Tomás Mejía a quien los otomíes lo querían mucho y le llamaban “tata Tomasito”, cuando fue el sitio de Querétaro le llegarón noticias al General Mejía, que se encontraba en Bucareli en el Municipio de Pinal de Amoles, que al emperador Maximiliano y al General Miramón los tenían sitiados en Querétaro, se viene con su ejército de indios y se les une su compadre Don Amado de la Mota y se enfrentan a los liberales del Presidente Benito Juárez en las propiedades de Don Amado.
Recuerda El Abuelo de Don Jesús, que para acortar la distancia en la batalla el General Mejía se abrió paso con su espada en lucha cuerpo a cuerpo, entre las filas enemigas causando muchas bajas, se le observaba todo ensagrentado pero no con su sangre si no con la de los caidos a su paso, ya que se sabía su destreza como espadachín.
En esta hazaña el general Mejía penetró a la ciudad de Querétaro, pero los liberales reciben refuerzos de las zonas de Amealco y Huimilpan y toman preso al General Mejía y lo procesan al igula que a Miramón y Maximiliano.
Continua don Antonio diciendo: que a esta batalla se le identifico como la batallal de las calaveras por la cantidad de muertos de ambos ejércitos.

De igual forma le menciono Don Antonio que no fueron recogidos los cadáveres de los combatientes que fueron presas de los cuervos, coyotes y las inclemencias del tiempo y que debido a  lo transitado del camino comenzaron a correr las historias de espantos y temor y la gente ya no quería transitar por el Camino Real.
Por este motivo, el párroco Francisco Muñoz organizo brigadas de voluntarios para recolectar todas las osamentas esparcidas en el cerro del Moro y llevarlas a la cueva, ahí los sepulto y coloco encima del lugar la imagen de la virgen de Lourdes y celebró una misa para bendecir el lugar y la imagen, iniciándose una peregrinación del pueblo de Colón a la gruta de Lourdes. Así año con año el día 11 de febrero se celebra la misa, conviven las familias en una comida campestre, además de presenciar danzas, oír melodías de la música de viento o presenciar el jaripeo en los corrales de piedras hechos para la ocasión al fondo de la barranca así como también escalar y admirar la belleza del lugar, contar las historias y leyendas de los tesoros del Moro y si toca suerte admirar la caída de agua de la hermosa cascada de aproximadamente cincuenta metros de la gruta de Lourdes,  por las lluvias que dejan las cabañuelas en el mes de enero.


Antonio Prado Moreno

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