PRIMEROS HABITANTES DEL TERRITORIO COLONENSE
El presente documento corresponde a
un estudio local para profundizar en el conocimiento de los primeros
asentamientos humanos que dieron origen a la formación del actual Municipio de
Colón, el objetivo principal es plantear dos interrogantes: ¿Cuál fue la base de su
organización social? Y ¿Qué determinó su sistema de producción?
El primer aspecto a desarrollar es
el contexto
histórico…
Los primeros pobladores de la
región queretana datan entre el año 800 y 900 de nuestra era, provenientes de
Aridoamérica; estos grupos nómadas eran hábiles cazadores y recolectores, al
cabo de algún tiempo aprendieron la agricultura y se instalaron al norte del
territorio queretano, asimilando la cultura totonaca, muestra de ello son los
vestigios de las ruinas arqueológicas de Ranas y Toluquilla en el Municipio de
San Joaquín.
Los
grupos étnicos que fueron asentándose en el territorio queretano recibieron la
influencia de culturas más avanzadas como la purépecha, que no permitían la
expansión de los mexicas a esta zona, esta frontera favoreció el intercambio
comercial y cultural en el sitio conocido como Ndamaxei (conocido actualmente
como la Cañada). Posteriormente, llegaron
los chichimecas jonaces, de espíritu combativo que se resistieron en
asimilar la cultura purépecha o mexica, se replegaron a la Sierra Gorda y
dieron fuerte pelea a los conquistadores españoles, en una lucha de más de
doscientos años.
Este
grupo chichimeca se establece a las
márgenes del rio que atraviesa Tolimanejo (hoy Colón), siendo un pueblo de
frontera y franja territorial de la guerra con los otomíes, a quienes siempre
habían vencido, expulsándolos al sur y sureste, en los actuales estados de
Hidalgo y México; cuando los españoles y sus aliados indígenas acabaron con el
poderío mexica, los otomíes se aliaron a los vencedores y se dedicaron a
conquistar a los chichimecas de esta región; la fecha de la conquista es de
1531.
Conquista
y Evangelización
El día 22 de junio de 1531, sale un
poderoso ejército de indios otomíes aliados a los españoles, encabezado por el
capitán y cacique, Don Nicolás de San Luis Montañez a la conquista del
territorio que se extiende más allá del Señorío de Xilotepec:
“El
itinerario de Nicolás de San Luis
incluye a San Francisco Tolimanejo…es congregación San Pedro Toliman, San
Francisco Tolimanejo, Zichú… estos puestos y lugares poblamos en nombre de Su
Majestad… y nos costó nuestra sangre poblar a estos pueblos de congregación de
indios… chichimecas barbaros que estaban agregados a estos pueblos que llaman
Gran Chichimeca”.[1]
Además de las entradas encabezadas por
los capitanes de Frontera y la construcción de presidios, se promovió la
formación de pueblos y villas, a cuyos pobladores se les requería una doble tarea: la defensa
militar y la producción de alimentos. Uno de estos presidios es el de San
Isidro, asentado en las fronteras del Hospada
resguardado por indios otomíes; posteriormente quemado y destruido por los chichimecas; en
1550 se reconquista este territorio dando origen a la fundación del pueblo de
San Francisco Tolimanejo (hoy Colón).
En el año 1550 un Capitán del Ejército Español se presentó
conquistando este suelo con solo veinte – más
o menos – indios nativos de Jilotepec, que aunque con buena disciplina según
la época y reciente educación, empero militaban y obedecían a las ordenes del ya referido Español, cuyo favorable éxito
en sus empresas estimuló en aquel gobierno castellano la gracia y merced de que
en absoluta propiedad poseyesen un terreno, el que de lo conquistado mejor les
agradase. Y al efecto eligieron donde es Tolimanejo, hacia el barrio de San
Isidro[2], que
así lo nombraron al pueblo por haber jurado por patrón a dicho Santo; que
creyendo después no les favorecía, nombraron a San Francisco, a quien le
formaron la iglesia que hoy es Parroquia, dirigidos ya por unos religiosos de
su Orden que los caciques solicitaron.[3]
ORGANIZACIÓN SOCIAL Y SISTEMAS DE PRODUCCIÓN
En el territorio del actual
Municipio de Colón, se encuentran una serie de vestigios de los habitantes
prehispánicos, algunos de los cuales he tenido la oportunidad de conocer y tomar
evidencia fotográfica, que compartiré con ustedes.
En el caso de la cabecera municipal
se asentaron a las riveras del Rio de aguas cristalinas, alimentado por
manantiales de agua caliente, rodeado de cerros y mesetas de abundante vida
silvestre que les proporcionaba alimento; este grupo humano se sustentaba con
la producción espontanea de la naturaleza, su cultura recolectora y cazadora,
viviendo por temporadas o épocas de cada ciclo anual, en los lugares donde
hubiese suficiente fruta y fauna silvestre.
Estaban
asociados en grupos de familias patriarcales que dominaban vastos territorios,
donde realizaban la caza y la recolección, pero se reunían aquellos grupos o
clanes familiares, para realizar sus fiestas tradicionales, el culto y el
comercio con los habitantes más civilizados de la región sur. El caudillo o
cacique era el guerrero mejor dotado. Las
prácticas matrimoniales eran de dos tipos: la poligamia caracterizaba a los
chichimecas del norte, y la monogamia a los del sur; en ocasiones había
matrimonios intertribales para hacer la paz entre dos pueblos. En los grupos
del sur, el que cometía adulterio lo flechaban junto con la mujer. En la
vida matrimonial, cuando la mujer estaba preñada el marido le daba calores con fuego
por las espaldas, le echaba agua y, después que había parido, dábale el marido dos o
tres coces en las espaldas para que acabase luego de salir la sangre [retoño,
hijo], hecho esto tomaban a la criatura y metíanla en un huacalejo.[4]
Los Chichimecas vivían en cuevas y abrigos
rocosos o construcciones muy simples de piedra y techos de penca de maguey,
lugares donde tallaban sus herramientas y armas de madera y piedra, además de
que estos lugares servían de acopio y distribución de alimentos. En estos
sitios se observan restos de obsidiana, pedernal y calcedonia, donde se labraban puntas de
flecha. La pintura tampoco la desarrollaron en gran medida: así sólo han
aparecido petroglifos y pictogramas compuestos casi en su totalidad de signos, muchos de
ellos abstractos e incomprensibles, y con abundante referencia a temas
esotéricos.
Los
frutos silvestres que recolectaban eran: mezquites, garambullos, tunas,
nopales, biznagas, zapote, aguacate, piñones, etc. Los animales que cazaban
para alimento y utilizar sus pieles para vestido eran: conejos, liebres, ratas,
víboras, ardillas, puma, palomas, venados.
Las fiestas o mitotes eran frecuentes y se usaban para planear guerras o
ataques para reconciliarse con grupos enemigos o simplemente por gusto.
En las fiestas la comida y la bebida eran abundantes, puesto que las preparaban
con tiempo. Sus instrumentos musicales no
eran muy variados, apenas tocaban unas sonajas hechas con calabazas con muchas
perforaciones y piedrecitas de hormiguero. Otro instrumento era un trozo
de palo al que le hacían rayas o ranuras profundas y al tallarlas producían un sonido agradable.
También usaban flautas de carrizo. Danzaban al ritmo de la música muy
cerca unos a los otros, formando círculos concéntricos en torno al
fuego, estas danzas eran prolongadas, solían durar hasta seis horas, sin
descansar.
Su
vestimenta era muy sencilla, pero generalmente andaban desnudos (principalmente
cuando entraban en guerra); a veces los hombres cubrían sus genitales con
ramas, las mujeres con pieles –ardilla, venado, coyote– de la cintura a la
rodilla; utilizaban huaraches con suela de cuero. “Los caciques tenían sobre la
espalda una manta de pellejo de gato montes u otros animales, también traían adornos
de plumaje. Su mujer traía naguas y camisa de los mismos pellejos, también las
demás mujeres traían faldellín y huipil de pellejos”.
En
cuanto a su aspecto físico, hombres y mujeres usaban cabello largo hasta la
cintura, algunos acostumbraban a pintarse el cabello de color rojo, así como
otras partes del cuerpo, siempre que hacían esto era cuando entraban en guerra;
se pintaban víboras, sapos, coyotes y otros animales que los protegían durante
el combate; también usaban adornos como collares, aretes u orejeras de hueso.
Por fuentes de cronistas se sabe que eran fuertes, robustos y lampiños, “que
apenas tienen pelos en la barba y en todo el cuerpo”, otros cronistas los
describen como “de mediana estatura, morenos a manera de gitanos y muy
lampiños”; algunos “eran muy ligeros, parecía que volaban por su gran
ligereza”.
Las
artesanías que produjeron fueron escasas, pues se redujeron a simples
carpinteros, tejedores y lapidarios, porque
conocían y labraban los pedernales y navajas para las puntas de las flechas.
Algunos lugares donde se encuentran vestigios son: La cueva de la Leona, la
Barranquita, el Zorrillo, Casas Viejas, la Joya, el Meco, La Rata, Peña
Colorada, Panales, ect.
CONLUSIÓN
La
base de la organización social del pueblo chichimeca se baso en una estrecha
pertenencia al grupo regido por el liderazgo del caudillo o cacique, líder por
ser el mejor guerrero, en su carácter indomable y de no querer asimilar las
culturas dominantes, se mantuvieron aislados y no prosperaron en el arte ni en
la producción, se mantuvieron como cazadores recolectores, incluso con la
conquista, oponiendo resistencia a las avanzadas de conquistadores españoles y a
los evangelizadores.
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